Por: Dra. Claudia Ruiz Villaseñor, especialista en Sistemas de Gestión

El cambio climático es uno de los desafíos más apremiantes a nivel mundial. Consecuencias devastadoras como el incremento de las temperaturas globales, eventos climáticos extremos, así como la pérdida de biodiversidad, han impulsado a los gobiernos, empresas y organizaciones a tomar medidas urgentes para tratar de mitigar sus efectos.

En este contexto, las normas ISO desempeñan un papel trascendental al brindar marcos de referencia para la acción climática. Con el objetivo de fortalecer y ampliar su alcance en la lucha contra esta crisis ambiental, el pasado 22 de febrero la Organización Internacional de Estandarización (ISO) en conjunto al Foro Internacional de Acreditación (IAF) emitieron un comunicado referente a la incorporación de las consideraciones relativas al cambio climático en todas las normas de sistemas de gestión con estructura de alto nivel.

Estas actualizaciones reflejan la creciente conciencia de la importancia de la sostenibilidad y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en todas las áreas de la actividad humana.

Una de las principales modificaciones se ha centrado en la norma ISO 14001, que establece los requisitos para un sistema de gestión ambiental eficaz. La última versión de esta norma (ISO 14001:2015) incorpora consideraciones específicas sobre el cambio climático, instando a las organizaciones a identificar y abordar los riesgos y oportunidades relacionados con este fenómeno. Además, se hace hincapié en la importancia de establecer objetivos y metas ambientales relacionados con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación a los impactos del cambio climático.

Otra norma importante que ha experimentado modificaciones significativas es la ISO 50001, que establece los requisitos para sistemas de gestión de la energía. La revisión más reciente de esta norma (ISO 50001:2018) incluye disposiciones para ayudar a las organizaciones a mejorar su desempeño energético y reducir su huella de carbono. Esto se logra mediante la implementación de medidas de eficiencia energética, la promoción de fuentes de energía renovable y la integración de consideraciones climáticas en la toma de decisiones estratégicas.

Además de estas actualizaciones específicas, las normas ISO están cada vez más interconectadas y se complementan entre sí para abordar el cambio climático de manera integral. Por ejemplo, la norma ISO 14064 proporciona directrices para la cuantificación, el seguimiento y la presentación de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que permite a las organizaciones evaluar su contribución al calentamiento global y establecer estrategias de reducción.

Es importante destacar que las modificaciones en las normas ISO no sólo afectan a las organizaciones, sino que también tienen implicaciones más amplias para la sociedad en su conjunto. Al adoptar prácticas más sostenibles y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, las empresas y las instituciones contribuyen a la mitigación del cambio climático y al avance hacia un futuro más resiliente y sostenible.

En resumen, las recientes modificaciones en las normas ISO relacionadas con el cambio climático representan un paso significativo hacia la integración de consideraciones ambientales en la gestión empresarial y organizativa. Estas actualizaciones reflejan la creciente urgencia de actuar contra el cambio climático y proporcionan herramientas valiosas para guiar a las organizaciones en este desafío crucial. Sin embargo, es fundamental que estas normas se implementen de manera efectiva y se acompañen de acciones concretas para lograr un impacto real en la reducción de las emisiones y protección del medio ambiente.